H. Kamen: "El exilio ayudó a la formación de una España más desarrollada y abierta al mundo"


A continuación publico una entrevista a Henry Kamen a propósito de su libro 'Los desheredados. España y la huella del exilio'. En la entrevista, publicada en elcomerciodigital.com, Kamen muestra su parecer sobre la huella que dejó el exilio español, la historiografía revisionista y los hispanistas británicos.

El hispanista inglés Henry Kamen nació en Rangún, Birmania, en 1936, cuando ya declinaba el Imperio Británico, circunstancia que dice que ha podido influir en su biografía, «aunque no sé de qué manera». A los doce años, se trasladó a Gran Bretaña, «sin sentir ningún cambio brusco». Y sería ya en la Universidad de Oxford cuando comenzaría a interesarse por la historia de España, «un poco por azar». Una de sus primeras investigaciones le enseñó que había «un gran desierto historiográfico» acerca de algunos capítulos de nuestro pasado. Y él ha contribuido a llenar parte de ese vacío, con obras como 'Felipe de España', 'La Inquisición española' o 'Los mitos que forjaron la España moderna'. Ayer (28/06/07) estuvo invitado por el Ateneo Jovellanos para impartir la conferencia que tituló 'Los desheredados. España y la huella del exilio', recogida de su último libro.

¿A qué 'huella' se refiere?

He optado deliberadamente por esa palabra ambigua. Existen diversos tipo de exilio. El que más llama la atención al público, es el de las expulsiones, que en España se han producido a lo largo de cuatro siglos con miembros del propio Estado. De otra parte, están las élites que han estudiado fuera del país porque aquí les resultaba imposible desarrollarse.

El último de los exilios es el que se produce tras la guerra civil de 1936. ¿En qué modo afectó a la nación española?

Tiene sus aspectos malos y buenos. Por un lado, está el sufrimiento de los que perdieron todo, casas, bienes y familiares. No me ocupo en particular de esa tragedia. En otro sentido, el exilio ayudó a la formación de una España más desarrollada y abierta al mundo, por el contacto cultural de los exiliados con países como Francia e Inglaterra. De ahí nace lo que llamo una cultura hispánica, que es una extensión de España, pero más rica que la misma España.

¿En Latinoamérica, la 'huella' no la dejaron los exiliados fortaleciendo las culturas de aquellos países?

Es un tema nuy debatido. Yo creo que no. Escribieron allí sus libros, pero referidos a España. Francisco Ayala se preguntaba en el destierro, «¿para quién escribimos?». Y se respondía: «En América, nadie nos lee». Se hicieron buenas cosas. Américo Castro, su 'Historia Medieval de España'. Sánchez Albornoz, gran parte de su producción. Pero siempre aludiendo a España. Puede haber excepciones, como la de Luis Buñuel en México.

La guerra civil está sometida actualmente a una historiografía revisionista, como la de Pío Moa. ¿Qué opinión le merece?

Los puntos de vista no tienen importancia. Lo que importa es si los escritos se basan en evidencias. Yo no tengo ninguna afinidad ideológica con Pío Moa -que incluso me ha atacado-, pero estaría dispuesto a aceptar varias de sus afirmaciones sobre los fallos de la II República, los cuales se han tendido a ocultar por los historiadores antifranquistas. También es verdad que quienes se oponen a las tesis de Pío Moa tienen mucha razón.

Usted dice que lo importante son las evidencias y no los puntos de vista. Sin embargo, tras los hechos acostumbran a venir las interpretaciones. ¿En Pío Moa no subyace la idea de que la República provocó la insurrección militar?

Insisto en que esas opiniones carecen de valor. Criticar los fallos de la República, no impide ver las buenas intenciones de políticos liberales que aspiraron a reformas que fracasaron. Ni tampoco observar que el sistema democrático estaba infiltrado por comunistas y anarquistas que pretendían subvertir la República.

Su colega Paul Preston acaba de publicar una nueva edición de 'La guerra civil española'. ¿Continúan siendo los hispanistas ingleses la máxima autoridad en esta materia?

No. Cuando Hugh Thomas inició esa tarea, había pocas fuentes disponibles. Ahora, los historiadores españoles disponen de muchas fuentes. Aunque tengo la impresión de que no pueden eludir el depender de sus posiciones ideológicas. Es posible que forme parte del ambiente. Eso no ocurre en Inglaterra y en Estados Unidos. Mi libro sobre la Inquisición me ha merecido descalificaciones desde todos los bandos. Yo tengo una singular batalla con Arturo Pérez Reverte, que obedece a que él escribe en torno a la glorificación legendaria de una España que nunca existió, pero asumo y comprendo que los libros académicos son mucho más aburridos que las novelas románticas.

IMÁGEN
Henry Kamen

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