Ser un sibarita

Sibarita (según la R.A.E)(Del lat. Sybarīta, y este del gr. συβαρίτης, de Σύβαρις, Síbaris, ciudad del golfo de Tarento, en Italia, célebre por la riqueza y el refinamiento de sus habitantes).
1. adj. Dicho de una persona: Que se trata con mucho regalo y refinamiento. U. t. c. s.

Cuando decimos de una persona que es un sibarita estamos hablando del gusto por lo lujoso, refinado o exquisito, según el contexto en el que nos hallemos. Por lo que tiene de excesivo, esta forma de ver la vida ha estado siempre en el punto de vista de moralistas y satíricos, teniendo hoy, más connotaciones negativas que positivas.

Síbaris era un ciudad del sur de Italia fundada por colonos griegos procedentes de Acaya, una región del norte del Peloponeso, de las más pobres de Grecia. Como otros griegos, los aqueos vieron en la emigración hacia el oeste una forma de salir de la pobreza en que la que estaban sumidos, estableciéndose en el sur de de la península itálica, en lo que se se conoce como Magna Grecia, precisamente por la gran cantidad de colonias fundadas por los pueblos procedentes de Grecia. Estamos entre los siglos VIII y VII a.C.

Al principio, los sibaritas se dedicaron a lo que sabían hacer: cultivar trigo y criar ovejas y cabras. Pero el lugar que eligieron para vivir resultó ser estratégico: en la zona más estrecha del golfo de Tarento, una zona estupenda para pasar del Jónico al Tirreno y que ahorraba el paso por el peligroso estrecho de Mesina a los que, desde Grecia, se dedicaban al comercio con Italia. Los sibaritas supieron sacar partido de todo esto. No les costó someter a las tribus italianas del interior y establecieron asentamiento controlados en la costa del Tirreno, al sur del golfo de Nápoles, abriendo una vía terrestre rápida y segura, que pusieron al servicio de las ciudades interesadas. Fue una auténtica mina de oro. Síbaris se convirtió en una especie de puerto franco, al que afluían riquezas de todas partes. Pronto se extendió su fama de ciudad alegre y despilfarradora.

De entre todos los sibaritas, el más famoso era, sin duda, Smíndrides, del que el historiador Herodoto decía "que había llegado a ser el hombre más sobresaliente de todos en las delicias del lujo, en un tiempo en que Síbaris florecía sobremanera". También se refiere a él Séneca, cinco siglos más tarde: "Dicen que en la ciudad de los sibaritas hubo un tal Mintrídades que, al ver a un hombre que cavando levantaba mucho el azadón, se quejó de que este espectáculo le fatigaba y prohibió que semejante faena se hiciese en su presencia; y también se quejó a menudo de irritación de la piel por haberse tendido sobre arrugados pétalos de rosa...".

La Aventura de la Historia, Nº14. De "Gustos sibaritas". José Antonio Monge.

2 comentarios:

Martín dijo...

Otro de los rumores de los italianos escandalizados sobre Síbaris era que sus habitantes habían matado a todos los gallos de la ciudad para poder dormir tranquilamente hasta el mediodía.

Anónimo dijo...

He encontrado también esta información sobre los sibaritas:

En el colmo de su extravagancia, los sibaritas inventaron lo que podíamos llamar la primera escuela de danza de caballos. En efecto, prepararon a sus bravos caballos guerreros para danzar un auténtico ballet ecuestre.

En el 510 a.C. tuvieron que luchar contra los vecinos de Cretona, quienes, sabiendo el arte de los caballos, llevaron una orquesta al campo de batalla. Los caballos sibaritas, al escuchar la música, se pusieron a bailar. Sus jinetes fueron pasados a cuchillo por los cretonenses.