A continuación publico la siguiente noticia extraída de ElPeriodico.com, en la que el prestigioso historiador, y recién galardonado con el Premio Nacional de Cultura otorgado por la Generalitat de Catalunya, Josep Fontana. En ella, el historiador, da sus puntos de vista sobre la situación del estudio de la historia en la actualidad, algunos temas políticos de la España actual y su experiencia profesional.
¿Esta Generalitat ha reconocido lo que no reconoció la otra?
No ha ido por ahí la cosa. El año pasado, alguien del tripartito anterior negó el pan y la sal al grupo de investigación del Institut Universitari d'Història Jaume Vicens Vives. Fue un acto de agresión contra mi persona. Pero eso ya no tiene importancia... Y ahora llega este premio, que es más que una compensación.
Así que no solo Pujol lo ninguneó...
Pujol no me ninguneó. Con los gobiernos de Convergència me he sentido reconocido, aunque no querido. Cosa lógica, por otra parte.
No abundan los maŒtres à penser.
Yo no me veo así. De Vicens Vives aprendí pronto que el historiador tiene una dimensión cívica. Sirve para ayudar a que la gente entienda el mundo en el que vive.
En esa misión, ¿qué cosa capital cree haber enseñado?
Solo he intentado que la gente piense por sí misma. Soy absolutamente contrario a que el historiador establezca un canon de verdades que se enseñen en contra de otros cánones de verdades alternativos. Naturalmente yo tengo unos principios, y no escondo que esos principios condicionan mi mirada sobre la realidad. Pero me ha interesado que los alumnos entiendan que en un terreno como la historia, todo está abierto a crítica y a juicio.
¿Dónde están los que piensan por sí mismos?
Los hay... Pero yo querría a gente con menos convicción y con más capacidad de pensar. Vicens me enseñó a distinguir entre pienso y creo, y hay pocas cosas que estén por encima de cualquier discusión. En mi caso, no pondría otra cosa que la defensa del derecho de todo hombre y toda mujer a su vida, su dignidad y su libertad. Eso no es discutible.
En la política española, las creencias inundan muchas razones.
Eso no es nuevo. La idea elemental a combatir es que hombres y mujeres son seres racionales. ¡No lo son! Muchas de las cosas que hacen son conducidas por prejuicios que salen cuando les pinchas.
Pues sí que estamos apañados.
En todo caso, hombres y mujeres sí son seres racionalizadores. Intentan demostrar que aquello que hacen obedece a una serie de razones. Pero gran parte de nuestra conducta está determinada por los sentimientos. Por eso es importante aprender a pensar. Voltaire decía que cuando a los hombres se les enseña a pensar, los gobernantes no pueden seguir tratándolos como a bueyes.
¿Es fácil hoy dar gato por liebre?
Estamos más cerca del mundo de la manipulación que del de la racionalidad. ¿Alguien puede justificar racionalmente la política de los gemelos de Polonia (Lech y Jarosław Kaczynski)?
Es que los Kaczynski empezaron en el cine...
Y también me deja estupefacto que la gente sea capaz de depositar su confianza en personajes como Acebes o Zaplana. Hasta que descubres que la gente va a votar más en las generales porque vota en contra de alguna cosa. En contra de una presunta amenaza de disolución de la sociedad, o de la moral pública...
¿Se indigna el historiador cuando lee los diarios?
Se indigna. A mí me parece alucinante que ETA sea el problema central de la política española. ETA no es un problema político --como ha demostrado con su incapacidad para negociar--, sino que es un problema de delincuencia. ¡Centrarse en eso con la montaña de problemas que tienen que ver con la viabilidad de elementos del Estado de bienestar, como la calidad del sistema educativo y de la sanidad pública, o la destrucción del medio por los abusos urbanísticos!
¿Y qué me dice de las relaciones entre Catalunya y España?
Ahí hay un problema de malentendidos y prejuicios que no tiene solución a corto plazo. Hace falta mucha pedagogía para disolver el viejo tema evangélico de la paja y la viga.
¿Cuanto más entiende al mundo, más le duele?
Yo comparto con Gramsci la necesidad de compaginar "el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad". Uno puede ser crítico, pero también debe intentar ayudar para que algo mejore.
¿Ha sido usted feliz, profesor?
Yo pienso que sí... Pese a que he tenido problemas, incluso traumas. Fui hijo único, y mi madre, siendo muy joven, tuvo esclerosis múltiple... Esa situación me embarcó en responsabilidades que duraron muchos años, pero que fueron asumidas con normalidad. Y el trabajo me ha dado mucha satisfacción. Es un trabajo en el que nunca sabes lo suficiente. Nunca.
IMÁGEN
Josep Fontana
Soboul. "Historia de la Revolución Francesa"
Hace 15 años
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