Piqueteros. La cara oculta del fenómeno.

Un buen trabajo de investigación elaborado por el diario Clarín sobre los piqueteros, un ejemplo de los movimientos sociales actuales.
En el reportaje se describe, sintetizadamente, el funcionamiento de estas organizaciones alimentadas del recurso humano a partir del gran número de desempleados y necesitados de ayudas sociales en Argentina, que se financian mediante los planes de ayuda social estatales y con la contribución de sus miembros. Estos miembros suponen, en muchos casos, las futuras bases para las organizaciones políticas de todos los ámbitos, que ven en este medio una forma de captación y canalización de la protesta.

Nacidas poco antes de la crisis producida por la desindustrialización y reducción de las exportaciones que llevó a la recesión económica a Argentina en 1998, y al desempleo a un gran número de trabajadores.
Aún con precedentes propios del crecimiento del movimiento obrero en las centurias anteriores, el actual movimiento tendrá su origen en la protesta de Cutral-Có, en la región de Neuquén, como protesta ante los despidos de casi toda la población empleados en YPF. Su reacción será la organización de la protesta, consiguiendo cortar las comunicaciones de la Ruta Nacional 22 y, con su extensión, la renuncia del gerente que había ordenado los despidos.
A diferencia de sus precedentes históricos, propios del movimiento exclusivamente obrero, los manifestantes de Neuquén no se redujeron a sólo obreros, sino que fueron apoyados por familiares, con un importantísimo papel de la mujer en estas organizaciones.
Cutral-Có, fue el origen y el modelo de un movimiento de protesta social que se extendió, por otros motivos concretos, por todo el país durante la crisis argentina. Pero, actualmente, tal movimiento dista mucho de ser espontáneo y cada vez estará más organizado y politizado. La bandera del movimiento será la lucha contra el desempleo, como en Cutral-Có; pero progresivamente irá tomando un mayor trasfondo político identificandose en las distintas organizaciones zonales, con participación de partidos y sindicatos de izquierda, de la Iglesia católica e, incluso, del propio peronismo.

2 comentarios:

Martín L. dijo...

En realidad, para los argentinos, el contenido de ese artículo no es muy novedoso. Todos sabemos que el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner logró "domesticar" a varios grupos piqueteros -el más famoso es el liderado por Luis D'Elía-, pero que también hay piqueteros opositores no por una cuestión de defensa de los intereses de los desocupados, sino por causas puramente políticas. Los más famosos son Raul Castells y su esposa Nina, que a estas alturas han pasado de ser "luchadores sociales" a personajes de la farandula. Los Castells son capaces de hacer cualquier cosa con tal de pegarle al gobierno, y Nina llegó a participar del programa "Bailando por un sueño" para conseguir cámara. Cuando fue expulsada del programa por el voto de los espectadores, ella y su marido acusaron al gobierno por la "operación" en su contra, algo que fue ridiculizado hasta por los medios opositores.
En todo caso, en la Argentina hace rato que la mayoría de los piqueteros se dedican a hacer política en favor del oficialismo o de la oposición.

Anónimo dijo...

Ricardo:
Llama la atención que el periodista diga: "actualmente, tal movimiento dista mucho de ser espontáneo y cada vez estará más organizado y politizado. La bandera del movimiento será la lucha contra el desempleo, como en Cutral-Có; pero progresivamente irá tomando un mayor trasfondo político". y que el comentarista Martín agrega: "pero que también hay piqueteros opositores no por una cuestión de defensa de los intereses de los desocupados, sino por causas puramente políticas.
Es que así debe ser, ni espontáneo ni despolitizado.
El movimiento piquetero es la creación más genuina de la clase obrera y de las masas explotadas argentinas en los últimos veinticinco años. Como toda creación obrera, debió ganar su derecho a la existencia en una lucha tenaz contra las instituciones del Estado, desde el Ejecutivo, el Parlamento y la Justicia –que lo reprimieron, y lo reprimen, con saña– hasta la Iglesia, los partidos que representan al capitalismo y la burocracia de los sindicatos (integrada al Estado).
Recomiendo el libro: "Una historia del movimiento piquetero" de Luis Oviedo