Carta a lisa1228

El día 7 de junio, recibí este mensaje, a través del apartado Contacta con Historiantes, que me dejó un poco sorprendido y me despertó preguntas. El mensaje decía textualmente:

vuestra historia esta llena de errores si hoy existe el trecer mundo es por vuestra culpa solo por ver lecciones sobre el reparto colonial un ejemlo el desarrollo industrail en europa es gracia al comercio colonial ""robaron sus riquezas "" y al comercio de esclavos ..............
Al ser el primer contacto que he recibido de este tipo, me quedé algo perplejo y me dió que pensar, intenté contestar a la persona que lo había enviado ya que dejó su correo, lisa1228, pero me fue imposible, al parecer el correo tenía algún error o era falso. A continuación querría comentar el mensaje, a modo de respuesta a mi lectora.

En primer lugar, la expresión "vuestra historia...", me llamó la atención. Siempre he pensado que la historia no es la misma para todos. La interpretación de la historia varía según el punto de vista desde dónde se observe, y desgraciadamente también hay puntos de vista "interesados" en verla -o hacerla ver- de una manera determinada, esto es la mayor enfermedad del estudio histórico: la manipulación por motivos políticos o ideológicos, que presenta una historia de "malos contra buenos", de "vencedores contra vencidos", de "verdugos contra víctimas".
Desde mi punto de vista, la mayor virtud del historiador -y de cualquier otro investigador- es ser lo más imparcial, y lo más objetivo que le sea posible, aparcar a un lado sus tendencias y comprender cualquier tipo de postura enfrentada tanto en una guerra, en un proceso económico, en una revolución política, etc...
El problema del estudio de la historia, es precisamente esto, la objetividad. Es uno de los principales motivos por los cuales siempre hay renovaciones historiográficas sobre cualquier ámbito de suceso histórico, a medida que mos alejamos del suceso, la visión cambia conforme al ambiente que nos rodea. Dicen algunos que la objetividad se va ganando conforme nos alejamos del suceso en el tiempo, pero, al fin y al cabo somos humanos, y aún habiendo transcurrido 2.000 años de historia, unos pueden mostrar más simpatía por César que por Pompeyo o viceversa, por poner algún ejemplo.
El ambiente es crucial en la visión científica de cualquier materia, pongamos por ejemplo la historiografía española del XIX antes y después del Desastre del 98. En el "antes", España salía del Antiguo Régimen y estaba construyendo un Estado nuevo. Los liberales pintaron una historia gloriosa con fuerte contenido nacionalista. La historia fue en ese momento, y ha sido siempre un factor de legitimidad, como lo ha sido, y lo es, la religión. Posteriormente a la pérdida de los últimos vestigios del imperio colonial español, la historiografía cambió así como la mentalidad ("Siete llaves al sepulcro del Cid", como dijo Joaquín Costa). Pero lo que me interesa destacar es esa primera parte: la historia nacional, la historia de las grandezas, la historia que justifica, en definitiva y desde mi punto de vista, la peligrosa historia nacionalista.
El ánimo político por conseguir unos intereses determinados, llega a malear y malversar la historia o, en los casos de los más sensibles, omitir partes que no les interesan. Hoy mismo ojeando una revista de difusión histórica no especializada he vuelto a ver la dichosa expresión que me saca de quicio, más como estudiante de historia que como aragonés, es el gran invento, constructo, anacronismo o como se quiera lamar de la Corona catalano-aragonesa, un buenísimo ejemplo para ilustrar este problema de la historiografía nacionalista.

En segundo lugar, y al hilo de lo que estaba hablando, también destaco "...está llena de errores". Estoy totalmente de acuerdo, toda historia tiene errores, la razón es que la verdad histórica no existe. En una investigación histórica, el historiador intenta explicar un suceso y darle una interpretación conforme a su criterio, pero nunca hacer que esa interpretación sea dogmática. Las interpretaciones son revisadas y siempre "superadas" por nuevos estudios que se pueden acercar más firmemente a dar una interpretación lo más aceptada posible, y digo aceptada y no veraz o verídica porque no hay manera de comprobar lo que exactamente sucedió, desgraciadamente no podemos viajar físicamente en el tiempo, por el momento.
Aquí entra de nuevo el factor del criterio, las distintas visiones históricas evolucionan por unos u otros derroteros conforme a unos intereses u otros, esto da lugar necesariamente a debates historiográficos, totalmente necesarios para el progreso de la investigación.

En tercer lugar, destacaría "si hoy existe el trecer mundo es por vuestra culpa...". Aquí entra otra consecuencia de esa "historia que legitima", mostrado muy claramente en el posesivo "vuestra". Es la extrapolación anacrónica de los sucesos del pasado al presente, un error que solemos cometer con frecuencia: el estereotipo, colgando unas determinadas etiquetas a unos y a otros. Desde que me decidí a realizar este blog dedicado a la historia, había pasado unas cuantas horas leyendo artículos de otros colegas de todo el mundo. En estas lecturas observé la sensibilidad que despertaban algunos temas, por ejemplo, la percepción de algunos países hispanoamericanos tienen en cuanto a los españoles, pareciendo que España todavía es la fuerza opresora sobre su pueblo, y por extensión, los españoles. Bien es cierto que esta visión sirve para alimentar el sentimiento de unión como nación, pero también levanta fronteras culturales, terminando por formarse unos espacios de "autarquía" cultural que termina por provocar rechazo al "extraño". Una profesora, me dijo una vez, que para que pudiera entender un texto, intentara pensar como la persona que lo escribió, intentando dejar a un lado mis condicionantes culturales; mediante este método se pueden comprender, que no justificar, los sucesos históricos, y dejando aparte este método, que yo llamo de "empatía histórica" -ya que requiere cierto conocimiento histórico ponerlo en práctica- cualquiera puede entender, que nadie es responsable de lo que no ha decidido, ni hecho -ni en el pasado, ni en el presente- por pertenecer a un colectivo, sexo, raza, religión, ni nacionalidad.

En cuarto y último lugar, destacaría "...si hoy existe el trecer mundo es por vuestra culpa solo por ver lecciones sobre el reparto colonial...". En esta parte, no estoy muy aclarado si la frase se refiere al colectivo de personas que nos dedicamos a la historia -estudiantes, investigadores y docentes- o a mi condición de europeo o español.
En este punto solo querría comentar, además de lo ya comentado, una de las funciones de la historia: la memoria. En un gran número de ocasiones en conversaciones sobre la utilidad de la ciencia histórica, seguro que habreis oído aquello de que la historia se estudia para que no se repita; realmente, no creo que el estudio histórico se limite a esto, pero bien es cierto que una de las funciones de la historia es mantener la memoria, mantener presente lo sucedido, y si esto no se pierde, podremos comprender un poco más, dentro de lo posible, los "cómos" y los "por qués" que nos ayudarán a entender nuestra propia realidad actual.
Es comprobado, que la historia, contra la famosa frase hecha, nunca se repite. Toda comparación hay que analizarla con cautela, ya que la coyuntura no es la misma en dos momentos distintos.

6 comentarios:

Profeballa dijo...

Y es que acaso la persona que te escribió no posee una versión de la historia totalmente interesada y no precisamente a favor de las grandes mayorías u oprimidos?. El problema es que muchas veces cuando los populistas llegan al poder prohíben las historias no oficiales. En iberoamérica muchos estamos cansados de esos blanco y negros, es hora de rescribir la historia valorando nuestro legado español y europeo.
saludos

Unknown dijo...

Hola Victor, me gustaría comentar alguna cosa que dices en tu artículo.
En primer lugar, según mi opinión, profana, la labor de un historiador no debería catalogarse como objetiva o subjetiva, sino más bien como científica o acientífica. En este sentido, no creo que debamos considerar la labor del historiador como la de un narrador de hechos ciertos que ocurrieron en el pasado, sino como la de alguien que intenta explicar, con fundamentos científicos, los acontecimientos pasados y la evolución de las sociedades. De esta forma, la historia, como disciplina, deja de ser un pretexto justificativo de situaciones del presente, para convertirse en una ciencia social que nos puede ayudar a comprender el presente desde el pasado, pues toda sociedad es fruto de la evolución de otras.
En la medida que consideremos la historia como disciplina científica, dejará de ser una forma de legitimación de situaciones del presente, que deberán ser explicadas, no justificadas, por la disciplina. De esta forma, en cuanto que. estas construcciones teóricas expliquen satisfactoriamente el presente, u otro momento histórico, tendrán mayor legitimidad como teoría.
En fin, ésta es mi opinión. Un cordial saludo.

Víctor Vela dijo...

Lamentablemente anguloscuro, esa teoría la considero bastante utópica.
Desde mi punto de vista cada investigador tiene unos condicionantes culturales dificilmente salvables, viéndose reflejados de una manera u otra en su trabajo, al fín y al cabo, la historia es una interpretación que el investigador construye a partir de conclusiones obtenidas en su estudio, como cualquier otra ciencia.
Por muy científicos que sean los métodos de investigación, la historia la escriben personas, y aquel que esté totalmente exento de estos condicionantes culturales, que tire la primera piedra.
A lo más que podemos aspirar es a alcanzar la máxima objetividad posible, pero la misma visión crítica que tiene que ejercitar el investigador de manera imprescindible para llevar a cabo su trabajo, en cierta medida está conformada, precisamente, por estos condicionantes.
Gracias por el comentario. Un saludo.

Unknown dijo...

Victor, me parece que no me he explicado bien.
Lo que quiero decir es que, precisamente, la consideración como objetivo o subjetivo del trabajo del historiador es, en si misma, subjetiva.
Por ello, considero que el único criterio con el que se puede juzgar el trabajo histórico es el de su rigor científico, sin que ello signifique que haya que darle un valor de verdad absoluta.
Creo que nadie negará el rigor científico de Newton, sin embargo, se equivocó.
Cordiales saludos.

Víctor Vela dijo...

Más bién creo que fui yo quien no te entendí bién, creo que ambos opinamos lo mismo pero lo estamos expresando de forma diferente.

Anónimo dijo...

Por eso estoy de aceurdo con ambos, somos - los historiadores - subjetivamente objetivos.
saludos
profeballa