Todos conocemos o hemos oído hablar del Camino de Santiago, una vía de peregrinación de fama mundial, pero no es la única, existiendo muchas otras de gran importancia y dignas de tenerlas en cuenta.
En este caso, Salvador Raga, nos describe los orígenes de la vía de peregrinación de cuya asociación es presidente. A través del formulario de contacto me envió el mensaje, cuyo fragmento publico, para promocionar la recuperada VIA VICENTIUS VALENTIAE, que rememora los pasos de San Vicente Mártir, Patrón de Valencia.
Personalmente apoyo este tipo de inciativas ya que, este tipo de asociaciones ayudan a la conservación y a la promoción del patrimonio, así como recuperar del olvido costumbres y lugares del pasado.La Asociación VIA VICENTIUS VALENTIAE , que presido , está recuperando un camino histórico que rememora los pasos del Patrón de Valencia , cuando en el siglo IV fue apresado en Zaragoza junto al Obispo Valero por los soldados romanos enviados por el Cónsul Daciano y trasladado a Valencia para sufrir martirio ante la negativa a renunciar a su fe.
Así la difusión del conocimiento de este hecho provocó, en los siglos siguientes, una corriente de peregrinaciones desde toda Europa hasta Valencia para visitar los restos del mártir en San Vicente de la Roqueta , convirtiéndose este fenómeno en algo muy anterior a las peregrinaciones medievales a Santiago de Compostela. Corría el año 304 d.C., y las prédicas y conversiones de San Vicente en Zaragoza junto al Obispo Valero alcanzaron gran número y gran éxito, llegando a los oídos del Cónsul Daciano que, siguiendo el dictado de las autoridades romanas, ordenó que fueran apresados y traídos a Valencia para darles martirio y que abjuraran de su Fe.
Se trataba de castigar ejemplarmente ante el pueblo valenciano una religión que empezaba a propagarse peligrosamente, lo suficiente como para hacer tambalear los pilares del Imperio Romano. Tras su negativa a renunciar a la Fe cristiana los dos religiosos fueron encarcelados, desterrando posteriormente al Obispo Valero a Francia, mientras su diácono, el joven San Vicente, fue elegido para sufrir martirio según lo que disponía la Lex Romana para los enemigos del Imperio.
Uno tras otro, San Vicente resistió sin desfallecer tormentos como el ecúleo o potro, la catasta en forma de aspa (que separaba brazos y piernas mediante cuerdas), azotes, desgarros con garfios, y la parrilla con carbones incandescentes, tras lo cual fue encerrado en una celda sobre cristales y púas, con los miembros inmovilizados con cepos. Finalmente, a su muerte, el mártir fue arrojado a un descampado para ser devorado por las alimañas y evitar así que su cuerpo fuera venerado por el pueblo cristiano de Valencia, convirtiéndose en mártir, pero los cuervos ahuyentaron a las bestias y el cuerpo de San Vicente permaneció incorrupto.
Daciano, encolerizado, ordenó que fuera arrojado y hundido en las profundidades del mar, atándolo a una rueda de molino, pero el cuerpo reapareció milagrosamente en las playas de Cullera (paraje de la Font Santa), donde la viuda Jónica lo encontró, dándole sepultura y erigiéndose una ermita en el lugar.
Las circunstancias extraordinarias de la muerte de San Vicente fueron transmitidas oralmente entre el pueblo valenciano, y en los sermones de religiosos como San Agustín, extendiéndose por toda España y Europa y alcanzando gran fama, lo que provocó durante los siglos posteriores una corriente intermitente de peregrinaciones hasta la Basílica de La Roqueta, en Valencia, donde finalmente descansaban sus restos.
Todos los detalles del Camino de San Vicente Mártir, que discurre desde Huesca, hasta Traiguera, donde enlaza con la antigua Via Augusta hasta llegar a Valencia en un camino de unos 750 km , pueden consultarse en la web que la asociación ha creado en Internet: www.caminodesanvicentemartir.es . En ella, junto a la información práctica como mapas y perfiles de la ruta, el peregrino puede acceder a consejos para caminantes, un foro especializado y abundantes datos sobre la biografía de San Vicente y el arte o la arquitectura dedicados al Santo, además de consultar la Carta Vicentina y el Libro de Peregrinos, e incluso obtener la Credencial Vicentina.
El proyecto fue presentado en rueda de prensa ante los medios de comunicación y se animó a la sociedad a unirse a la iniciativa para rescatar la memoria del Patrón valenciano, e incidieron en la revitalización que el proyecto puede suponer para las poblaciones del interior.
Asimismo, aprovecho la ocasión para denunciar el deterioro de la Basílica y el Convento de San Vicente de La Roqueta, actualmente en ruinas, siendo lo ideal que alguna parte del conjunto sirviera para descanso de los peregrinos que llegaran finalmente a Valencia. Así distintos medios de comunicación se hicieron eco de dicha presentación en sus páginas.
En este sentido, el siguiente paso de la asociación ha sido contactar con los Ayuntamientos por donde discurre el camino, y con las autoridades públicas, para concretar la prestación de servicios gratuitos a los peregrinos que emprendan la ruta, y disponer los recursos necesarios para señalizar el camino.
Quedo a vuestra disposición por si requirieseis información adicional.
Salvador Raga. Presidente VIA VICENTIUS VALENTIAE-VIA ROMANA www.caminodesanvicentemartir.es
http://viavicentius.blogspot.com
Gracias Salvador, por permitirme participar en tu proyecto, y animo a todos los que tengáis alguna inciativa o proyecto relacionado con la historia, patrimonio, etc. a contactar conmigo a través de Contacta con Historiantes.
Soboul. "Historia de la Revolución Francesa"
Hace 15 años
2 comentarios:
Gracias por el apoyo prestado desde tu web, la verdad es que no la conocía y acabo de echarle un vistazo y me gusta!!
Soy Mikel Perles, historiador del arte, enamorado de los amigos, amigo de Salva Raga y también otro de los que están metidos en el ajo este de la asociación.
Os invito a todos a entrar en nuestra web: www.caminodesanvicentemartir.es y a averiguar más cosillas sobre nosotros.
Un fuerte abrazo, perlegrino
Gracias por tu comentario y por tenerme en cuenta como medio de promoción para una buena causa: la recuperación del patrimonio y de parte de nuestra historia.
Un saludo.
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